sábado, 21 de mayo de 2016

La Bruja





The Witch
o, lo que es lo mismo: Lo chupó la bruja (literal).
Le quisieron poner: Brujas de Pasión.
Pero le terminaron poniendo: La Bruja.

Muy grata sorpresa, me esperaba mucho menos. Muy elegante, original, bien narrada, mantiene en todo momento el suspenso y maneja excelente los tiempos. Shakesperiana, muy bien actuada, gran fotografía e iluminación. Toca todos los clichés de las brujas sin que parezcan clichés, sino elementos esenciales de la historia. ¡Gratamente satisfecho! Nada le falla, rate: ¡10!


A considerar:

Apenas la segunda película que dirige el muy joven Robert Eggers, pero la cinta en ningún momento adolece de inexperiencia. Al contrario, todo es tratado con mucho sentido cinematográfico, elegancia y la narración jamás flaquea. Gran dirección de actores, además.

De llamar la atención la iluminación en las escenas nocturnas. Con apenas una vela o dos, nos recuerda la hazaña de Kubrick en Barry Lyndon. En esta ocasión con composiciones internas, religiosas/pastoriles al puro estilo de Caravaggio. Gran técnica.

A rescatar las actuaciones infantiles, desde la muy bella protagonista Anya Taylor-Joy (ella tiene 20 pero su personaje es como de 14 o 15 años), como la de su hermano (tiene un monólogo místico impresionante), así como de los tétricos gemelos. Todos a la altura.

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