Christopher Robin, o, lo que es lo mismo: Trainspotting 3. Le quisieron poner: Hijos de Pooh. Pero le terminaron poniendo: Christopher Robin.
Agradable, inteligente y divertida propuesta de Disney que relata la vida adulta de aquél niño que en una granja de Sussex convivía, conversaba y hasta filosofaba con animales. Aunque la premisa puede ser predecible (el adulto estricto que olvidó su poética infancia) la película es una constante búsqueda del Yo, de la belleza, la sencillez y de lo que consideramos, o no, importante.
Gran guión, con, insisto, sus buenas dosis psicológicas y filosóficas.
¡Magnífica, rate: 10!
Extraño (muy divertido e inteligente, pero extraño) que Disney maneje un personaje tan tremendamente deprimido y ¡hasta suicida! como el burro Igor. Es un personajazo y todo lo que dice es genial, pero llama la atención.
Quizá la esquizofrenia de Piglet se sume
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